Las células estables, también conocidas como líneas celulares, son poblaciones homogéneas de células seleccionadas y cultivadas en el laboratorio por su capacidad de dividirse indefinidamente. A diferencia de las células primarias, estas líneas celulares tienen un potencial de división ilimitado y suelen derivar de células tumorales. Se utilizan en diversas aplicaciones de investigación en biología celular y molecular. Las líneas celulares estables son una herramienta valiosa para estudiar los mecanismos celulares y moleculares implicados en diversos procesos biológicos, así como para probar la eficacia de nuevos fármacos. También se utilizan para modelizar el comportamiento de las células in vivo y para comprender los procesos de transformación neoplásica. Las características de las células cultivadas son el resultado de su origen y de su capacidad para adaptarse a las condiciones de cultivo. Las líneas celulares estables se utilizan ampliamente en la investigación biomédica para estudiar los efectos de nuevos fármacos, cosméticos y productos químicos, así como para comprender los mecanismos de las enfermedades y desarrollar nuevas terapias, y se emplean como controles en los experimentos de investigación para comparar los resultados obtenidos con células anormales o modificadas.