El cerumen es una sustancia cerosa natural de color amarillento que se segrega en el conducto auditivo externo. El cerumen protege los oídos y los conductos auditivos de influencias externas como el polvo, las bacterias, los insectos y otros. De este modo, actúa como barrera para evitar que cuerpos extraños alcancen el tímpano. El cerumen es producido por glándulas ceruminosas situadas en el tercio externo de la porción cartilaginosa del conducto auditivo externo. La piel del interior del conducto auditivo se renueva constantemente y migra desde el fondo del conducto hacia el exterior, arrastrando consigo el cerumen. El cerumen atrapa y elimina los residuos epidérmicos (suciedad y piel muerta) a su paso y los transporta al exterior. La acción de masticar y bostezar favorece el movimiento del cerumen hacia el exterior a lo largo del conducto auditivo. Cuando el cerumen se acumula en el conducto auditivo puede causar obstrucciones y problemas de audición.