Los antioxidantes, compuestos muy apreciados, son de gran interés para diversas industrias relacionadas con la preservación de la salud, como la cosmética, la farmacéutica y la agroalimentaria. Estas sustancias, que abarcan una amplia gama que incluye más de 5.000 miembros sólo dentro de la familia de los polifenoles, combaten el estrés oxidativo reduciendo las concentraciones de radicales libres a través de diversos mecanismos que influyen en el estado redox celular.

A pesar de su reconocido valor, la comprensión de los efectos de los antioxidantes a nivel celular sigue siendo un reto científico formidable, con sólo una elucidación parcial de su interacción con el estrés oxidativo en el cuerpo humano.

Además, los ensayos químicos tradicionales como ORAC, TRAP, FRAP, TEAC y FOX, que se han utilizado durante décadas, carecen de la capacidad de proporcionar información sobre las funciones fisiológicas de los antioxidantes. Estos métodos han sido objeto de críticas a lo largo de los años y son fuertemente desaconsejados por destacados organismos reguladores de la salud tanto en Europa como en Estados Unidos.

El estudio de los efectos de los antioxidantes en modelos de células vivas representa actualmente el enfoque más avanzado para demostrar los efectos fisiológicos de los antioxidantes.